El término relé es una adaptación fonética al castellano de la voz francesa relais, palabra que en el ámbito de las telecomunicaciones significa repetidor, lo cual nos da ya una pista sobre esta sub-técnica.
Quien realice relé debe tener en cuenta que los posibles fallos que pueda cometer se añadirán a los del discurso reformulado por la persona que interprete primero, por lo que el resultado sería una reformulación de calidad inferior. Así, quien realice relé deberá confiar en que quien interprete el discurso original haya captado todas las ideas y haya hecho un trabajo adecuado, pues no tiene medios de acceder a lo que está diciendo la persona que está produciendo el discurso, sino a través de su compañero o compañera. Por otro lado, también es cierto que quien hace relé se beneficiará del hecho de no tener que solventar las dificultades idiomáticas que presente el discurso original, pues estas ya estarán resueltas en la versión de la persona que interprete primero. La interpretación de relé se realiza cuando quien interpreta no escucha directamente el discurso original, sino el discurso que está produciendo otra cabina, es decir, escucha otra interpretación. Esto sucede cuando la combinación de idiomas del personal intérprete no se ajusta a la de quien ora o a la del público, algo que puede suceder en grandes conferencias y reuniones internacionales. A pesar de que hay autores y autoras que se refieren a esta técnica como «último recurso», su uso no es tan infrecuente como pudiera parecer.